“Brasil es, obviamente, no sólo uno de los países más importantes del hemisferio occidental, pero es también un líder global en toda una serie de cuestiones … incluidos el cambio climático, la energía, los intercambios educativos así como la ciencia y la tecnología.” (Barack Obama, 2015)
“Hemos celebrado una trayectoria ascendente en nuestras relaciones.” (Dilma Rousseff, 2015)
Ambas partes pueden (con razón) afirmar que la primera visita de Estado de un Jefe de Estado brasileño a la Casa Blanca en una década ha sido un gran éxito. La Cumbre reflejó el fortalecimiento y la colaboración cada vez más multifacética entre las dos principales potencias económicas en el Hemisferio Occidental, y destacó las oportunidades comerciales significativas y las consideraciones geo-estratégicas para el resto del mundo. Desde una perspectiva de Brasil, la presidenta Dilma Rousseff de pie junto a Barack Obama durante su conferencia de prensa conjunta demostró una actitud más proactiva, segura y progresiva durante la primera parte de su segundo mandato. Acompañada por su mundialmente respetado nuevo ministro de Finanzas, Joaquim Levy, Rousseff mostró una fuerza destacable para llevar a cabo sus objetivos, quizás esto es el resultado de una seguridad que sólo un jefe de gobierno re-electo puede lograr.
La rapida recuperación de la economía de los Estados Unidos, que se refleja en los pronósticos más altos del PIB (+ 2,8% interanual en 2015), combinado con un Brasil más emprendedor y dispuesto a hacer negocios, ofrecerá importantes oportunidades para la expansión del comercio y las inversiones bilaterales. Alejándose de la dependencia de las exportaciones de bajo margen de materias primas a China, Brasil está abriendo agresivamente la inversión en sus sectores mundiales líderes en la agricultura, la energía y la industria aeroespacial. La infraestructura, es un sector importante que se beneficiará de los flujos de inversión significativos, el cual también se ha abierto al capital extranjero.
El comercio bilateral entre los EE.UU. y Brasil se duplicó a $ 110 mil millones en la década hasta 2014
Como los dos mayores países productores de alimentos del mundo, los Estados Unidos y Brasil han unido sus fuerzas para satisfacer la rápida demanda de alimentos saludables y sostenibles. Su experiencia indiscutible será una fuerza importante en las próximas décadas para el bien global. Utilizando la agudeza mundialmente reconocida de Brasil en la investigación y en el desarrollo agrícola, la colaboración entre la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional y la Agencia Brasileña de Cooperación está apuntada a ofrecer un respiro a las regiones más desnutridas del mundo. Brasil tomará la delantaera en el traspaso de la ciencia, la tecnología y la capacitación específica para los responsables de políticas agrícolas, técnicos y agricultores de las partes vulnerables del mundo.
Los Estados Unidos y Brasil han reducido las emisiones absolutas de gases de invernadero más que cualquier otro país desde 2005 y se han puesto de acuerdo sobre las nuevas medidas antes de la Cumbre del Clima de la ONU en diciembre de 2015. Brasil ha dado una visión preliminar de su objetivo climático post-2020 en la Cumbre, anunciando que restaurará 12 millones de hectáreas de bosques en 2030, así como también logrará una tasa de deforestación de 0% para esa fecha. Los Estados Unidos y Brasil declararon como objetivo común aumentar la cuota de energías renovables en la generación de electricidad a un 20% en 2030. Alabado por Obama como un “socio indispensable”, Brasil está jugando un papel fundamental en la lucha contra el cambio climático con un acuerdo para impulsar la producción de energía renovable.
Por su parte, Rousseff anunció el lanzamiento del nuevo ciclo de concesiones para la inversión en Brasil que da la oportunidad a las empresas y a los inversionistas de los Estados Unidos de participar en un programa de inversión de $ 64,000,000,000 multianual. Con el comercio bilateral alcanzando los $ 110 mil millones el año pasado, y la inversión incuestionable en los sectores del petróleo, del gas y de la agricultura, se da lugar a la modernización de la infraestructura de Brasil, la cual será un factor clave para el país. La inversión en medios de transporte (puertos, aeropuertos, sistemas de trenes y conexiones por carretera), tendrán un marcado efecto positivo en la economía. Detalles menores pero no de menor importancia también fueron presentados; ambos presidentes han aprobado a los ciudadanos estadounidenses y brasileños viajar sin visado a principios de 2016.
Con una oportunidad tan importante para ambos países, estamos esperando varios acuerdos e iniciativas para el comercio, la inversión y las relaciones geopolíticas que se dará a conocer en las próximas semanas. En vista de que Brasil considera expandir aún más su cooperación con los EE.UU. sobre los biocombustibles y las tecnologías de energía limpia, los EE.UU. alude a respaldar la búsqueda de Brasil por un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU. Con la relación que se hace cada vez más fuerte, existen todavia muchos caminos a ser explorados. De todas formas, se trata de un comienzo fantástico.