Un Panorama Financiero Ideal para Activos Alternativos

febrero 16, 2017

Los desafíos sociales y económicos del mundo son bien conocidos; éstos van desde el aumento de la población, el consumo masivo de recursos, los niveles de deuda sin precedentes y la desaceleración del crecimiento económico mundial. Sin embargo, es ahora cuando están empezando a tener un verdadero impacto en la economía, ya que las condiciones que guiaron hacia las tres décadas de grandes retornos están empezando a mostrar signos de debilidad. Esta es la razón por la cual las organizaciones manejan soluciones sustentables para estos problemas ofrecen a los inversionistas un alivio real a largo plazo.

El entorno de tasas de interés bajas y de exceso de capital generado por $12 billones en los Programas de Ahorro Cuantitativo en los últimos ocho años, ha impulsado el apetito por el riesgo cuando se esta en búsqueda de los retornos de las inversión. Esto ha tenido efectos positivos con los mercados de valores en todo el mundo, incluyendo el S&P 500, Nasdaq y FTSE, generando que todos disfruten de récords máximos. La disposición a asumir más deuda ha inflado el valor tradicional de los activos. Utilizando la relación precio-ganancia Schiller PE (el indicador de valoración de mercados más reconocido por el S&P) ha elevado el promedio histórico de 18 a 28 veces, desde 1950. Esta valoración sólo ha sido mayor en dos ocasiones anteriores: el Wall Street Crash en 1929 y el Dot-Com Bubble en 1999. Actualmente, hemos superado el nivel observado al inicio de la crisis financiera mundial en 2007.

De 1985 a 2014, los rendimientos anualizados de las acciones estadounidenses y europeas promediaron 7.9%, en comparación con los promedios a 100 años de 6.5% y 4.9%, respectivamente. Los rendimientos de bonos reales en el mismo período promediaron un 5% en Estados Unidos y un 5,9% en Europa, en comparación con los promedios a 100 años del 1.7% y 1.6%. Estos grandes retornos se vieron respaldados por la confluencia de cuatro condiciones económicas y empresariales altamente beneficiosas: una inflación más baja, tasas de interés decrecientes, un fuerte crecimiento del PIB mundial y ganancias globales de productividad. Cada una de estas cuatro condiciones se ha debilitado o invertido. En medio de un entorno macroeconómico mundial de crecimiento menguante y tasas de interés a la alza, McKinsey, UBS y Vanguard se preparan para que los retornos durante los próximos 20 años regresen a los promedios de largo plazo.

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Asset Class Returns.002Fuente: McKinsey (2017)

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En cuanto a las perspectivas económicas mundiales futuras, se espera un crecimiento medio del 2% en los mercados desarrollados y del 5.25% para los mercados emergentes en los próximos cincuenta años. Si bien las proyecciones han mejorado recientemente, esto sigue representando una baja sustancial al crecimiento promedio del 7% experimentado en la primera década del siglo XXI.

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Asset Class Returns.004Fuente: McKinsey (2017)

Esta nueva perspectiva de inversión para las clases de activos tradicionales ha hecho que los inversionistas en todo el mundo se diversifiquen de los productos de renta variable y fija, optando así, por activos alternativos, tangibles y ajustados al riesgo. Se espera que para el año 2030, las asignaciones a activos físicos y alternativos entre inversionistas institucionales alcancen el 20-30% del valor total de la cartera, con algunas instituciones asignando más del 50% a esta clase de activos. Esta transición en la asignación de cartera hacia activos alternativos apenas ha comenzado. Blackrock espera que los activos reales, incluyendo las infraestructuras y las tierras agrícolas, entren en el centro de atención en este nuevo panorama de inversiones. Los activos físicos de larga vida que generan corrientes de flujo de efectivo estables, como la agricultura, proporcionan rendimientos mejorados y ofrecen retornos atractivos ajustados al riesgo.

Las tierras de cultivo son uno de esos activos alternativos. Los elementos fundamentales siempre se mantendrán: una población mundial en expansión y una oferta limitada de los recursos más fundamentales del mundo. El activo también ha experimentado un fuerte desempeño en los últimos años, con el índice Savills Global Farmland ha aumentado un 14,8% cada año desde 2002 y un 6,6% entre 2010-2015 (p.a.). Según TIAA CREF, uno de los mayores inversionistas institucionales del mundo en tierras agrícolas, los valores de tierras agrícolas de los Estados Unidos superaron a las acciones y bonos nacionales entre 1970 y 2013 (generando rendimientos anuales promedio del 10.3% vs. 6.2% para el S&P 500 y 7.3% Bonos del Tesoro). El precio promedio nacional de las tierras de cultivo en todo el país se había fijado en 2.530 dólares por acre, frente a 627 dólares hace diez años. Esa es una tasa de crecimiento anual compuesta (CAGR) del 15%.

La agricultura proporciona los servicios necesarios para apoyar una economía próspera y garantizar la salud mundial. La opción para aumentar la exposición a activos alternativos como la agricultura, es simple. La comida es una de las necesidades más primordiales de la humanidad y ofrece un beneficio adicional como diversificación de activos tradicionales.