Las estrategias de inversión con énfasis en la sustentabilidad y responsabilidad social corporativa están ofreciendo retornos competitivos en este difícil panorama financiero. Los incentivos financieros globales y las operaciones de los negocios están cambiando, ya que hay aún mayores beneficios en la eliminación de los daños económicos ambientales, sociales y de largo plazo causados por el exceso comercial insostenible.
El ex Vicepresidente de Estados Unidos y ganador del Premio Nobel de Paz en el 2007, ha hecho más dinero en la última década, debido a su nuevo proyecto “Generation Investment”, que la mayoría de los administradores de fondos que fueron guiados solo por los ‘retornos a cualquier costo’ (sin considerar la destrucción social o medioambiental). La fórmula es sencilla, aplicar un modelo de sustentabilidad con conciencia ambiental en todas las decisiones de inversión. El retorno promedio de Generation Investment y su cartera financiera mundial en el mismo periodo fue de 12.1% anual, más de 500 puntos base sobre la tasa de crecimiento promedio del Indice Mundial MSCI (una medida mundialmente reconocida para medir el desempeño de la bolsa de valores) de 7% anual. En una encuesta reciente realizada a más de 200 administradores de fondos hechos por Mercer a nivel mundial, indicó que el retorno promedio a diez años de Generation Investment ocupó el segundo lugar, además de ser uno de los menos volátiles. Incluso Dominic Barton, director global de McKinsey, ha comentado que Generation Investment ha “creado un vehículo de demostración real de la idea de que si se tiene mente abierta y se esta interesado por las externalidades, se puede realmente agregar valor a los accionistas”.
El capitalismo ha demostrado históricamente su superioridad sobre cualquiera de los otros sistemas sociales, ya que ha probado abrir una gran porción de potencial humano, mientras que incrementa la productividad social. Aunque los mercados financieros son, sin duda, una manera eficiente de distribuir los recursos del planeta, también pueden excederse y llevar a desastres económicos como la Crisis Global Financiera del 2008. Similarmente a cómo la Revolución Industrial del S.XIX condujo a reformas en los Estados Unidos y a una revolución en Rusia, y cómo la Gran Depresión llevó a un estado de bienestar social moderno, ahora estamos entrando en una crisis capitalista propia que requiere de acción inmediata. Con el reciente incremento en la volatilidad a través de los mercados, un crecimiento en la desigualdad de la riqueza mundial y las intensificadas presiones sobre el ambiente natural, estamos, una vez más, llevándonos hacia un cambio fundamental en el sistema económico, de un enfoque de beneficios a corto plazo hacia los de largo plazo.
Big Tobacco, una industria que hace 50 años era verdaderamente rentable, está en declive ya que las preocupaciones de salud pública impactaron de manera significative y negativa las tasas de consumo y utilidades. A pesar de que Coca-Cola ha experimentado décadas de éxito a nivel mundial, el hecho de que la obesidad prevalezca en todos los países en los que la empresa encabeza el mercado, puede abrir el camino a situaciones similares a las de Big Tobacco, en el futuro. Generation Investment, lleva este sentir un paso adelante con la industria del carbón y el petróleo, reportando que todas las reservas son recursos estándar, de los cuales su valor teórico en el mercado de $21 billones, nunca se realizará totalmente porque las restricciones ambientales, legales, tecnológicas y del mercado (como las que se experimentan hoy en día) evitarán que ese carbón sea vendido y quemado.
Esta nueva era de sustentabilidad requiere de la ejecución de dos objetivos que alguna vez se consideraron contradictorios: hacer dinero y apoyar iniciativas socialmente responsables. Algunos negocios ya están abriendo el camino para desarrollar estas metas sustentables. Estas incluyen a Microsoft, que trabaja en conjunto con la fundación “Bill & Melinda Gates”, para proveer bienes y servicios consistentes con una sociedad de bajo carbono, segura y saludable. Qualcomm es notable por su manufactura limpia y sus chips procesadores de bajo consumo energético. Jon Deere provee la línea de equipos de “agricultura precisa”, que incrementa la producción de cosechas mientras reducen la demanda de energía, agua y la aplicacion de químicos. Unilever, el comprador más grande de aceite de palma, ahora coordina esfuerzos internacionales hacia una producción sostenible.
Nuestro objetivo aquí en Primordiales es llevarlo un paso adelante, siguiendo las directrices del capitalismo sustentable e inversión de impacto para dar ejemplo de un camino ambientalmente amigable y socialmente responsable hacia mayores retornos de inversión. Creemos que el valor real de una compañía y la inversión no está únicamente dentro de su balance y retorno, sino también en la cultura que fomenta y el impacto que tiene en las sociedades y en el medio ambiente en el que opera.