Replanteando la Producción de Alimentos

mayo 10, 2016

La transición agrícola de una mentalidad enfocada exclusivamente en los rendimientos a corto plazo y a cualquier costo, hacia una sustentabilidad ambiental y una viabilidad para el largo plazo, ya comenzó. La agricultura industrializada del siglo XX, salvó vidas al proveer crecimientos exponenciales en los rendimientos, sin embargo, el nuevo milenio reveló un planeta que ya no es inmune a esta drástica actividad antropomórfica. En las últimas décadas, la agricultura ha adoptado una nueva composición de prioridades y estándares que van a gobernar el futuro de la producción de alimentos.

Mientras que hay muchas corrientes de pensamiento explorando las mejores prácticas disponibles para la agricultura, estas comparten tres principales esferas de atención que llevan a la agricultura colectivamente hacia un futuro nuevo y sustentable, que son: fuentes de energía, contaminación química junto con la degradación de la tierra y el desperdicio del agua. La ciencia y tecnología han ofrecido una vez más, soluciones viables ante estos obstáculos.

La energía solar y eólica el día de hoy le provee a la agricultura alternativas para darle potencia a sus bombas de agua, luces, computadoras y todas sus necesidades eléctricas para cultivos grandes y chicos. Mientras que estas tecnologías no son nuevas, se están volviendo cada vez más accesibles y a precios competitivos. Es probable que en un futuro cercano existan tractores y camiones de distribución eléctricos, reduciendo así la huella de carbono a un mínimo. Mientras que alcanzar una huella de carbono neutral en un cultivo el día de hoy nos parece como un reto difícil, éste se convertirá en un estándar global.

La contaminación del agua y la degradación de la tierra como resultado del uso y el abuso de pesticidas y fertilizantes químicos han revelado que la revolución verde fue sólo una solución a corto plazo. El daño a la salud, al ecosistema y a la tierra son vistos hoy como costos insostenibles. Los biofertilizantes y pesticidas orgánicos están ayudando a reducir estos efectos negativos y apoyan a nuestro medio ambiente. Las coberturas de invierno, la rotación de cultivos y los cultivos mixtos también ayudan a mantener la salud y fertilidad microbiótica y ayudan a prevenir la erosión. Además las compostas y el abono verde son esenciales para devolver los nutrientes a la tierra cultivada reduciendo así la necesidad de los fertilizantes químicos.

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En cultivos automatizados e industrializados, la atención y tecnología han sido usadas para mejorar el entendimiento y comprensión de las necesidades de cada planta, en un esfuerzo para especializarse en su tratamiento. Los biopesticidas mantienen los mismos principios de la naturaleza mediante sus características biodegradables bajas en tóxicos que ayudan a reducir las pérdidas causadas por insectos y otras plagas. Al centrarse en áreas y especies determinadas, el daño al ambiente se reduce enormente. Junto con la permacultura, agroecología y otras prácticas naturales, los agricultores alrededor del mundo escogen opciones de altos rendimientos y conocimientos intensivos para lograr la producción de alimentos sin sintéticos.

El uso del agua en la agricultura ha sido un obstáculo difícil de superar, ya que la mayoría de las plantaciones industriales están en ubicaciones y climas que no son aptos para la producción. El calentamiento global y el cambio climático han empeorado las condiciones para los agricultores, requiriendo en ambos instantes más agua de mantos acuíferos y fuentes alternativas. Mientras que reducir la necesidad de agua no será fácil, el primer paso para atacar este particular problema es reducir el gasto de la misma. Con mejores sistemas de irrigación, cuidado preciso y tierras más saludables y de mayor absorción, además de reusar y reciclar agua libre de químicos, finalmente, este objetivo está al alcance. En cualquier momento el uso del agua será regulado, su distribución para irrigación será monitoreada a mayor detalle.

A través de la inteligencia y la premeditación aseguramos que toda actividad humana tenga una base de bienestar y prosperidad a largo plazo. La agricultura es la actividad humana que tiene el impacto más profundo en nuestro ecosistema, por esta razón estamos cambiando nuestras prioridades para establecer un nuevo estándar en la producción de nuestros alimentos. Tenemos el poder y la conciencia para esperar demandar y a premiar comida saludable y producción impecable. Tenemos el poder y la conciencia para demandar y apremiar comida saludable y su producción impecable.