Dando Forma al Movimiento Ecológico

abril 12, 2016

Brasil no solo es uno de los fuertes líderes en la producción agrícola a nivel mundial,  sino que además ahora se encuentra guiando una de las más importantes revoluciones en prácticas agrícolas de estos tiempos; un profundo movimiento  social, ecológico y sustentable destinado a transformar los principios y prioridades del actual sistema de producción de alimentos en un esfuerzo para proteger su biodiversidad única y prístina, creciendo al mismo tiempo los prospectos agrícolas del país a largo plazo.

agroecology

La agroecología es un método de agricultura sustentable y un movimiento social que está creciendo por todo el mundo gracias a pequeñas familias agrícolas, para ofrecer soluciones nuevas para la renovación de recursos. Considerando que el 97% de todos los cultivos agricolas en el mundo son menores a 2 hectáreas, los pequeños productores tienen el futuro de la agricultura en sus manos. Gracias a la agricultura sustentable, mixta y algunas veces tradicional, el 50% de toda la producción de alimentos crece por estos pequeños cultivos en sólo el 20% de la tierra arable disponible en el mundo.

Las estrategias más efectivas del manejo de tierras tratan de imitar ecosistemas naturales incluyendo el ciclo de nutrientes, manejo de la población de distintas especies, flujos de energía, uso de residuos y equilibrio dinámico. Estas prácticas disminuyen el impacto ambiental de la agricultura industrial mientras que mejoran y mantienen la productividad de las cosechas.

Brasil es el único país que en un lapso de 10 años, alcanzó dos metas de los Objetivos de Desarrollo del Milenio de la Organización de las Naciones Unidas (ONU); reducir la pobreza extrema y eliminar la hambruna extrema, esto con su programa “Fome 0” (0 Hambre). Reconociendo la importancia de cultivos familiares y comunitarios, este país resiliente creó el Ministerio de Desarrollo Agrario para proliferar correcto uso de recursos humanos y naturales en la agricultura. Esto no es sólo para la economía brasileña o los mercados internacionales, sino también para alimentar a los propios (un total del 70% de los alimentos que los brasileños comen es producido dentro del país).

El gobierno Brasileño también ha reconocido que para mantener liderazgo en la agricultura, los recursos ricos y diversos que hacen que la tierra sea tan generosa, necesitan ser protegidos y preservados. A través de la creación de la “Política Nacional de Agroecología”, el ministro brasileño innovó y sentó precedente al ser el primer gobierno en el mundo que creó una legislación que aborda profundamente la sustentabilidad en conjunto con el desarrollo social.

La filosofía detrás de la agroecología es tejer una metodología integral, desde procesos naturales y ecológicos con conocimientos tradicionales, hasta preferencias culturales, necesidades sociales, y económicas, y prioridades de conservación en un complejo sistema de producción de alimentos eficiente y sustentable. Mientras que las prácticas exactas varían de cultivo a cultivo, los objetivos y prioridades son los mismos. Uno de los descubrimientos más interesantes en el proceso es que alrededor del mundo 70% de los agricultores son mujeres. Los nuevos programas y políticas en Brasil toman toda esta información ,que finalmente ha sido reconocida como relevante, bajo consideración, entre otras estructuras sociales, para proveer prácticas clave y soporte técnico para todos involucrados en la industria.

Con una inversión inicial de USD $2,000 milliones, el Plan Nacional de Agroecología y Producción Orgánica (PLANAPO) junto con varias organizaciones civiles, planean implementar 125 programas revolucionarios e iniciativas poderosas para impulsar la transición hacia la agricultura sustentable. El próximo paso será transformar por completo las prácticas de agricultura convencional e industrial en una que pueda proveer de manera sustentable y proteger a la sociedad y al medio ambiente.

No es sorpresa que un país tan rico en recursos naturales sea uno de los líderes mundiales en agricultura, al mismo, tiempo es fascinante que un país en desarrollo, saliendo de dificultades económicas sea la cuna de una de las filosofías y prácticas más integrales y complejas de agricultura sustentable del mundo que  requieren  de un conocimiento de alto valor, interacciones sociales adecuadas y solidaridad e innovación.