Cómo Lograrán los Productores Sustentar la Demanda que la Humanidad Necesita

septiembre 24, 2015

“La inversión agrícola es una de las estrategias más eficaces e importantes para el crecimiento económico y la reducción de la pobreza”.

United Nations Food and Agricultural Organization (2015).

En un mundo que se enfrenta al rápido crecimiento demográfico, al cambio climático y al agotamiento de los recursos vitales, el crecimiento económico y la prosperidad dependen de encontrar una manera sostenible de satisfacer las necesidades de la sociedad para su sustento. Por lo tanto, los productores de todo el mundo están procurando nuevas formas sostenibles y asequibles para satisfacer la creciente demanda de la humanidad sobre los alimentos y la energía.

Fueron necesarios 50.000 años de civilización humana para alcanzar los primeros mil millones de personas en la tierra, sin embargo los últimos mil millones se añadieron hace poco más de una década. Con una población mundial que se cree que llegará a los 9,7 mil millones en el 2050, será necesario un aumento del 70 % en la productividad de alimentos en sólo 35 años. La quema continua de los combustibles fósiles del 85 % de la energía que alimenta la Tierra, está expulsando 90 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera todos los días, causando repercusiones climáticas que aún no se entienden completamente. La revolución de nuestro sistema agrícola mediante la adopción de prácticas orgánicas será un paso necesario para la obtención de alimentos y suministros de energía sostenible.

El mundo está perdiendo un acre (0,404 hectáreas )de tierra cultivable por minuto, y aunque no podemos controlar qué campos se ven afectados por el cambiante clima, sí podemos decidir qué cultivos serán de mayor beneficio para el medio ambiente al aumentar al máximo la productividad.

Con Tierras Arables en Decadencia, ¿Cómo Vamos a Sustentar a Nuestra Creciente Población?

Los cultivos de biocombustibles, tales como el trigo, el maíz y la caña de azúcar, capturan y almacenan el dióxido de carbono en el aire, los cuales a su vez reducen las emisiones de gases de efecto invernadero. Como una alternativa de combustión limpia a la gasolina, los biocombustibles también reducen las emisiones de los coches. El 10 % de los carburantes para la automoción proviene del etanol, creado a partir de la fermentación del maíz y la caña de azúcar. El etanol de maíz produce un 34 a 44% menos de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) que la cantidad equivalente de gasolina. El etanol de la caña de azúcar reduce las emisiones de gases de efecto invernadero en más de un 50 % (existen algunos estudios que sugieren que la reducción puede llegar a un 82%).

Las Emisiones de CO2 Prácticamente se Han Duplicado desde la Industrialización de Combustibles Fósiles

Las cosechas que tienen como base cultivos no alimentarios, tales como el nim, convierten más luz solar en energía de biomasa que sus alternativas de cultivos alimenticios. Su sistema de raíces profundas, preservan la valiosa capa superficial del suelo y el reciclaje de nutrientes. Debido a que no tienen que ser replantados cada año, los cultivos perennes generan una huella de carbono aún más pequeña que los cultivos anuales. En los últimos 25 años, 14,8 millones de acres de tierra desaparecieron de la producción de cultivos sólo en los EE.UU., debido a que los agricultores abandonan la tierra no rentable para los cultivos alimentarios. Sin embargo, los cultivos no alimentarios tienen la capacidad de prosperar en este tipo de tierra marginal, así como en el semi-desierto y en suelos salinos que permanecen sin uso a través de las líneas costeras y regiones áridas de todo el mundo.

La humanidad no puede darse el lujo de ignorar los efectos del aumento de la población y el aumento de las emisiones de gas de efecto invernadero en nuestro medio ambiente. El fallar en destinar la superficie necesaria para producir alimentos sostenibles y combustibles nos costará muy caro. Para lograr el desarrolo pleno del potencial de la producción de alimentos orgánicos y de la bioenergia, necesitamos invertir nuestros recursos en la agricultura sostenible a nivel mundial. Planeado de la manera correcta, podremos producir de manera sostenible suficientes alimentos y combustibles de las plantas que cultivamos.