Brasil – Respondiendo con Eficacia a la Incertidumbre de los Mercados Emergentes

agosto 20, 2015

“El mejor argumento contra la democracia es una conversación de cinco minutos con el elector promedio

– Winston Churchill

No es una opinión muy extendida y menos aún probada, pero creemos que, Dilma Rousseff, merece la simpatía del electorado brasileño. Siete meses después de su segundo mandato durante el cuál, el entorno global de los mercados emergentes se ha ablandado con bastante rapidez, la ironía es que esta tecnócrata ‘consigue’, y está tomando muchas de las decisiones financieras difíciles que los inversores exigieron durante gran parte de su primer mandato y que acelerará la vuelta del crecimiento para el país.

El plan económico puesto en marcha por el ministro de Hacienda, Joaquim Levy y respaldado por la presidenta Rousseff es un asunto de doble vía: mejorar el clima de negocios, y al mismo tiempo frenar el gasto medio de una contienda impopular pero necesaria de la austeridad fiscal. El objetivo será volver al crecimiento en el año 2016. El apoyo ha venido de la agencia de calificación Moody, que la semana pasada mantuvo su calificación de grado de inversión en el país, creyendo que los signos de una recuperación tangible se alcanzarán a finales de 2016.

La austeridad nunca es bienvenida, especialmente en un país que se había acostumbrado a una década de productos básicos provistos por la generosidad del gobierno. Con la promesa de más de lo mismo es que Rousseff fue re-elegida hace menos de un año. Sin embargo, siete meses después de su nueva administración, su popularidad personal está por debajo de lo que alguna vez se ha visto en la historia brasileña, hasta el punto de existir solicitudes de parte de lo electores para que sea procesada. Tanto así que el Domingo 16 de agosto tuvieron lugar una serie de manifestaciones en todo el país. Sin dudas, esto es un error; la insatisfacción de los votantes está basada en datos erróneos y de poca comprensión sobre cómo las condiciones económicas son más difíciles en el extranjero. El crecimiento económico mundial en el 1S de 2015 ha sido un mero 2%, comparativamente el más débil desde 2009, mientras que la producción industrial y el comercio mundial también han sido posibles precursores (o al menos lo han sido en el pasado) de una recesión.

Rousseff es la cabeza de una coalición de gobierno y un partido que ya ha estado en el poder durante 13 años y por lo tanto ahora, cuando deben tomarse decisiones difíciles deben tomarse, su baja posición en las encuestas proporciona un conducto útil para los socios de la coalición en el Senado que no quieren estar asociados con las decisiones económicamente austeras pero a nivel inversión, amigables, que retornarán al país a un estado de crecimiento rápido. Rousseff necesita la ayuda (por no decir el consenso) para poner en marcha los ajustes de reforma económica ideados por el ministro de Finanzas Levy, pero hasta el momento, esa ayuda no está a la vista. Los aliados de Rousseff en la cámara baja del Congreso, el Partido del Movimiento Democrático (PMDB), se niegan a cooperar. Si bien la legislación clave necesaria para cerrar la brecha fiscal se está retrasando, las más fáciles tales como duplicar las tasas de ahorro de los fondos utilizados para el suministro de viviendas de bajo costo y la modificación de un alza propuesta en los impuestos de nómina, encontraron su lugar.

Aquí existe una cierta ironía ya que la comunidad empresarial y la inversión actualmente se encuentran en el mismo lado que Rousseff. Se dan cuenta de que el trabajo de Levy ha re-alineado la economía, y con el apoyo del Presidente, solo se necesita tiempo para que sea eficaz. Parte de ese proceso requiere de una cierta estabilidad política y económica. No hay mucho que Brasil o Rousseff puedan hacer para revivir la economía de China, donde una serie de cosas como (deuda, bienes raíces, el mercado de valores) y la falta de crecimiento (aunque la economía está teóricamente creciendo según el gobierno a un 7% anual, un análisis independiente sugiere que la cifra se acerca al 5%) y casi no puede ser culpada por el auge y caída de la demanda de materias primas y de las oscilaciones de precios.

El apoyo de Rousseff hacia Levy parece inquebrantable y viceversa. Esto es alentador y aumenta las posibilidades de que la fórmula va a funcionar. Brasil ha sido una de las primeras grandes economías forzadas a familiarizarse con la desaceleración de los mercados emergentes, los movimientos puestos en marcha aumentan las posibilidades de que será una de las primeras en salir adelante.