A pesar de los increíbles avances tecnológicos que la humanidad ha logrado a lo largo de los dos últimos siglos, que van desde la revolución industrial hasta el desarrollo de antibióticos modernos, aún tenemos que alcanzar todo nuestro potencial. Las máquinas que construimos todavía sufren de fallas mecánicas y nuestros medicamentos son cada vez menos efectivos. Para ser justos, sólo hemos tenido un período corto de tiempo para optimizar nuestras innovaciones. En cambio, la naturaleza ha tenido miles de millones de años para perfeccionar algunos de los compuestos más sorprendentes de la existencia.
La naturaleza nos ha ofrecido una gran cantidad de recursos para tratar nuestras enfermedades y aliviar nuestros males durante miles de años. A pesar del gran progreso que hemos logrado en la atención sanitaria global con los productos farmacéuticos, donde los nuevos medicamentos se sintetizan basados en el conocimiento de objetivos moleculares específicos, la mayoría de los medicamentos recetados se derivan de compuestos naturales. Si bien la producción de una nueva medicina sintética puede tardar varias décadas, es importante recordar que los organismos han tenido 4.000 millones de años para desarrollar los compuestos biológicamente activos necesarios para la protección. Debido a la notable uniformidad de la vida, la diversidad genética en el planeta nos ofrece un suministro infinito de medicamentos potenciales para todo tipo de enfermedades y condiciones.
Químicos Vegetales Antimicróbios
Departamento de Microbiología de Oxford (2016)
Genéticamente hablando, toda la vida en el planeta es sorprendentemente similar en estructura. La biotecnología moderna nos ayuda a comprender mejor los complejos códigos de la naturaleza para desarrollar tecnologías y productos que salven vidas. Hasta hace poco, el mundo natural era la única fuente de medicina. Hay un estimado de 400.000 especies de plantas en el mundo y la humanidad utiliza aproximadamente el 15% de éstos para cubrir sus necesidades básicas como alimento, medicina y abrigo. Más de 1.000 especies de plantas se han usado para tratar una serie de dolencias por miles de años, actualmente muchas de ellas se utilizan todavía. Por ejemplo, Living Foundries está desarrollando microbios programados a partir de una variedad de fuentes genéticas para producir medicamentos personalizables.
Existe un gran potencial para crear soluciones ante muchos de los desafíos más significativos de la humanidad mediante el uso de los compuestos, diseños e ideas encontradas en la naturaleza. El Nim es una de esas fuentes de innovación. Antiguo árbol medicinal, célebre por sus notables propiedades curativas desde 5.000 AEC, el nim ofrece una amplia gama de beneficios medicinales gracias a sus propiedades antimaláricas, anti-fúngicas, antibacterianas, antivirales y anticancerígenas. Con más de 200 compuestos demostrados como eficaces contra la inflamación, infección, fiebre, enfermedades de la piel y enfermedades dentales, el nim es una verdadera solución ante una variedad de dolencias. Durante los últimos veinte años, se han publicado varios miles de artículos que exploran la eficacia de la planta como medicina natural de importantes instituciones como la Clínica Mayo, la Universidad de Oxford y el Instituto de Tecnología de Massachusetts.
Esta investigación ha revelado que el nim retrasa la coagulación de la sangre y calma los latidos erráticos del corazón, por lo tanto, reduce los riesgos de enfermedades cardiacas y de presión arterial alta. Para algunos pacientes diabéticos, los extractos de hojas de nim reducen sus requerimientos de insulina en un 30-50%. Las hojas de nim muestran incluso una clara actividad antirretroviral en los seres humanos que sufren de SIDA y se ha demostrado que sus extractos sensibilizan a las células cancerígenas a la inmunoterapia y la radioterapia, aumentando la eficacia de los agentes quimioterapéuticos.
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