Las grandes economias del mundo están comenzando a divergir debido a la alza de las tasas de interés en Estados Unidos, el lento crecimiento en China y la continua expansión monetaria cuantitativa en Europa y Japón.
El panorama mundial de inversiones, asimismo, está cambiando. Los mercados financieros están bajo un escrutinio imprecedente, desde los indicadores económicos individuales hasta constantes rumores de los bancos centrales en todo el mundo. Mientras estos análisis elevan el valor de los activos, también incrementan la volatilidad de los mercados.
El ciclo de noticias de 24 horas y las tecnologías de comunicación, hoy en día, instantáneas, estimulan rápidas fluctuaciones en los mercados y nutren una cultura financiera que se enfoca en las ganancias a corto plazo. Para los inversionistas que están más interesados en ganancias sustentables a largo plazo, lo que más importará, será el panorama global.
China, la economía más grande a nivel mundial, en términos de adquisición de poder ajustado (segundo, en el PIB nominal, sólo después de Estados Unidos), se está convirtiendo en un tema preocupante para los inversionistas. Tal vez pueda tratarse de una ralentización del país más rápida de lo esperado y su transición de una economía basada en la manufactura a un modelo de crecimiento económico consumista, será una carga para las economías “recurso-dependientes” del mundo. Como el tercer exportador más grande del mundo en los últimos cinco años, con el renminbi, ahora considerado por el Fondo Monertario Internacional (FMI), como una moneda de libre uso, China se ha convertido en un actor completamente desarrollado en el escenario del mundo financiero. Incluso hay una mayor facilidad para los inversionistas extranjeros en los mercados nacionales.
Aunque los mercados de valores a través de la zona europea y Japón han experimentado un desempeño decente a lo largo del 2015, especialmente en comparación de los Estados Unidos y el Reino Unido, las razones no evidentes deben ser consideradas. Los activos a través de la zona europea y Japón siguen siendo apoyados por la continua flexibilización de la política monetaria, la debilidad de la moneda ha proporcionado un impulso a los exportadores y un menor precio del petróleo dejando a los consumidores con más ingresos disponibles. Mientras el crecimiento de todo el mundo se estancó el año pasado, la economía japonesa se encuentra tambaleando al borde de la recesión. La fuerza de la zona europea como un frente unido, también esta decayendo. Con diferencias entre los países centrales y periféricos (Alemania y Grecia, por ejemplo) que se convierten más serias. Si la continua la expansión monetaria cuantitativa en Europa proporcionará el impulso necesario para el crecimiento y la inflación regional que aún esta por verse.
El panorama de inversiones en los Estados Unidos se esta viendo más bien positivo a comparación, con las tasa de interés de la Reserva Federal alza por primera en nueve años. Los pronósticos para el crecimiento y la inflación de 2.8% y 1.4% en 2016, respectivamente también se mantienen fuertes, a pesar de las expectativas de una corrección. La política monetaria de Estados Unidos más estricta es un factor positivo, ya que representa la perspectiva de confianza de la Reserva Federal para la recuperación de Estados Unidos.
Los alternativos también demuestran tener un desempeño resistente en los últimos años. El argumento para aumentar la exposición a los alternativos (y dentro de este la agricultura) se basa en una simplicidad maravillosa – los inversionistas tienen pocos de en estos activos, justo al momento en que los rendimientos generados por las inversiones más tradicionales de acciones y bonos están cayendo. Las proyecciones estiman que un 40% de los rendimientos de la industria mundial de gestión de activos en 2020, provenga de alternativos, a pesar de que solo representan el 15% (14.7 mil millones) del total de la industria.
El argumento absoluto para las inversiones agrícolas esta siendo impulsado por la creciente demanda de los consumidores que junto con la disminución de las tierras agrícolas disponibles, inevitablemente incrementarán el valor de las tierras de cultivo y de los alimentos. En la década del 2012 el Índice de Alimentación Anual del Banco Mundial aumento un 73%, con una tasa de crecimiento compuesto un poco menor a 7%. Exponerse a la agricultura puede ser de varias maneras: a través de un fondo dedicado, las acciones individuales o intercambio de productos cotizados. Una estrategia más pura seria a través de una inversión directa en una plantación o negocio agrícola, suavizando parte de la volatilidad que puede ocurrir en el sector.