Una vez que las necesidades fisiológicas han sido satisfechas, la siguiente prioridad es la seguridad, donde garantizar la salud personal, la estabilidad financiera y la protección ambiental a largo plazo, pasa a ser prioridad.
En este nivel, las necesidades de seguridad y protección se vuelven primarias mientras la humanidad se esfuerza por obtener orden y longevidad en sus vidas. Salvaguardar la salud personal y el bienestar financiero, además de proteger y restaurar el ecosistema son acciones motivadas por las necesidades de seguridad y protección.
Por varias generaciones, la comunidad empresarial ha enfocado sus esfuerzos industriales en el corto plazo, desatendiendo la supervivencia futura de la humanidad y el planeta. En un mundo con mayor volatilidad en los mercados e inestabilidad geopolítica, la seguridad financiera a largo plazo depende de encontrar una forma sustentable de satisfacer las crecientes necesidades humanas (agua, comida, refugio e infraestructura) mientras reduce el impacto en el mundo natural y en su habilidad de llevar a cabo los procesos de los que tanto dependemos.
Actualmente, el “valor” no es más que un precio determinado por opinión o moda. En lugar de especular sobre la percepción de los precios, en un ambiente en el que algunos deben perder para que otros puedan ganar, la verdadera creación de valor está en recompensar tanto a participantes como a receptores hoy y en un futuro.
- Las estrategias de inversiones de opinión se enfocan únicamente en el corto plazo y son de alto riesgo, mientras que invertir en las necesidades elementales del hombre reduce el riesgo del portafolio, ofrece ganancias en el mediano y largo plazo y es sustentable.
- Las inversiones en la seguridad de las personas crea resultados ganar – ganar que reducen los niveles de riesgo de todos los involucrados.