Desarrollo y Utilización de Envases Seguros y Sustentables

mayo 23, 2017

Actualmente existen muy pocos lugares en el mundo que no hayan sido alcanzados por la presencia humana. Uno de estos pocos y raros ambientes, es un atolón deshabitado y declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Ubicado en el Pacífico Sur y conocido como la Isla de Henderson, este sitio ha sido invadido por un estimado de 38 millones de piezas de basura. Cada día 3,500 piezas de basura alcanzan esta costa y una de las mayores preocupaciones, es que casi todas las piezas están hechas de plástico. Lo que es aún más preocupante, es que todas estas piezas provienen de muchos países alrededor del mundo.

La gran cantidad de residuos de plástico existentes es un problema global. ¿Por qué? Casi todas las piezas de plástico que se han fabricado existen todavía y la producción de plástico a nivel global ha superado los 300 millones de toneladas anuales, cifra que se espera se duplique en los próximos veinte años. La mitad de este plástico tiene como finalidad un solo uso (como las botellas de agua) y sólo el 10% de todo el plástico producido se recicla. El 72% de los envases de plástico no se recupera en absoluto, el 40% se envía a los vertederos y el 32% se filtra en el sistema de recolección. El resto de la producción de plásticos es destinada a combustión, lo que crea humos tóxicos mortales, o bien se vierte en nuestros océanos, donde tardan más de 1,000 años en biodegradarse.

 

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crecimiento-de-la-produccion-de-plastico-a-nivel-mundialFuente: La Nueva Economía de los Plásticos, Foro Económico Mundial (2016)

.Este desperdicio de plástico es extremadamente dañino para los ecosistemas del mundo. En primer lugar, se requiere de una cantidad muy importante de energía (8% del petróleo global) para hacer plástico. Los 17 millones de barriles de petróleo utilizados para producir PET para botellas plásticas de agua emitieron 2.5 millones de toneladas de dióxido de carbono en el medio ambiente durante 2016. Esa es la misma cantidad que 400,000 automóviles pueden producir al año. Como polímeros no biodegradables, los plásticos que quedan en nuestros océanos afectan gravemente a la vida marina matando animales, envenenando la cadena alimenticia y degradando el ecosistema. Se estima que hay 5.25 billones de piezas de desechos plásticos en nuestros océanos, las cuales afectan al menos a 700 especies marinas y provocan la muerte de 100 millones de mamíferos marinos cada año. La mayor parte de esta basura se acumula alrededor de los Océanos Atlántico, Pacífico e Índico. Un ejemplo de esto, es el Gran Parche de Basura del Pacífico, compuesto en un 80% por plásticos, con un peso de 3.5 millones de toneladas y con un área de dos veces el tamaño de Texas.

A pesar de que hay riesgos innegables asociados al plástico, este material innovador ha tenido una contribución innegable en la vida cotidiana durante varias décadas. Al ser ligero, estable, hermético y barato, el plástico se encuentra en nuestras computadoras, automóviles y, por supuesto, en los envases. Estos últimos son el principal factor responsable de la gran cantidad de residuos generados en la sociedad actual.

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Valor-perdido-y-potencial-teorico-del-plasticoFuente: La Nueva Economía de los Plásticos, Foro Económico Mundial (2016)

Por lo tanto, los envases deben ser más inteligentes, más responsables y totalmente reciclables para las generaciones futuras, a fin de disminuir los residuos y ayudar a proteger el medio ambiente. Esto se logrará mediante la reutilización de materiales de manera más productiva y a través de la creación de una cadena de suministro confiable de residuos. Afortunadamente, ya existe una gran opción sustentable en el mercado. El envase de plástico más sustentable, tomando en cuenta el ciclo de vida de un producto, es la resina reciclada post-consumo (PCR, por sus siglas en inglés). Optar por la utilización de envases PCRs es una de las soluciones más eficaces para reducir los residuos de plástico, ya que está hecho en su totalidad de materiales previamente utilizados. Suministrados por los flujos de desechos y ordenados por tipo de material, los consumidores pueden saber exactamente cómo se producen los envases y dónde se obtienen los materiales. Los PCRs tienen una huella de carbono 70% menor que los plásticos normales. Crear más demanda para este embalaje es una de las formas más rápidas y eficaces para resolver de manera responsable el problema de los residuos de plástico. Cuantos más productos de PCR existan en el mercado, menos residuos de plástico quedarán en nuestros océanos y rellenos sanitarios.

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Fuente: La Nueva Economía de los Plásticos, Foro Económico Mundial (2016)

.Esta solución es fundamental en el desarrollo de la Nueva Economía de Plásticos. Inspirada por la Fundación Ellen MacArthur, McKinsey y el Foro Económico Mundial, la Nueva Economía de Plásticos es una iniciativa de 3 años con valor de 10 millones de dólares que busca construir un nuevo sistema de plásticos seguro y efectivo. Dentro de los participantes de esta iniciativa destacan M&S, Borealis, SUEZ, Tomra Systems, WRAP, Amcor, Coca-Cola, MARS, Unilever y Veolia. Seventh Generation, Method, Aveda y Vita se están posicionando como los nuevos líderes en esta materia.

Es nuestra responsabilidad diseñar un mundo en el que todos los envases sean obtenidos de manera responsable, estén diseñados para ser eficaces y seguros a lo largo de su ciclo de vida y, una vez utilizados, se reciclen eficientemente para proporcionar un recurso valioso para uso futuro. Si empezamos a hacer cambios ahora y optamos por usar productos PCR, podemos proteger verdaderamente al mundo en el que vivimos y asegurar un mejor futuro para las generaciones venideras.